Después de haber recibido la salvación, conforme al paso del tiempo, el gozo y el agradecimiento llenaron mi corazón por esta increíble salvación y vida nueva.

Dije en mi corazón, ¿Por qué ahora tan tarde me llegó esta gran salvación?, ¿Por qué no antes?

Esta pregunta que surgió en mi corazón me dejó pensativo un momento… Pude entender que nadie recibe la salvación por sí mismo, como se dice: “nadie nace por sí mismo”, sino por haber existido quienes entregaron su vida por los demás, por el amor del Señor. De esta manera pudo llegar esta maravillosa noticia a cada uno de nosotros.

En mi corazón empecé a sentir mucho agradecimiento por ellos y quise conocerlos para expresar mi agradecimiento.

Como dice la Biblia:

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”

Romanos 10:14-15 RVR1960

¡No se olviden!

No hay otra cosa más valiosa que la salvación de un alma y llevar la noticia de la salvación a las personas.

¡Dios les bendiga!