La promesa de la Salvación
“Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto. Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán.”
Deuteronomio 3:23-27 RVR1960
Moisés simboliza la Ley.
Si Dios le permitiera entrar a la tierra prometida, llegará a ser interpretado que la Salvación sería por las obras de la Ley.
“Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado. Y también la mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos. Y aconteció que después que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,”
Deuteronomio 2:13-16 RVR1960
Pero la generación que recibió la Ley, todos ellos murieron en la peregrinación. Solo la nueva generación que eran niños y bebes quienes no tenían ninguna condición para poder atravesar los caminos del desierto. Ellos pudieron ingresar a la tierra prometida, solo por la promesa no por sus obras.
Por eso aunque Moisés suplicase a Dios que le permitiera pasar a la tierra prometida, Dios no le permitiría. Pues la Salvación es únicamente por Jesucristo y mediante la fe en él.
Como si fuera una casualidad, Josué quien llevó la nueva generación de la promesa a la tierra prometida, su nombre en hebreo significa “Salvación” que simboliza Jesús.
“Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,”
Gálatas 3:23-25 RVR1960
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Hechos 4:11-12 RVR1960