De maldición a bendición
“Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido. Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.”
Rut 1:1-7 RVR1960
Cuando seguimos a nuestro propio pensamiento, aunque al principio nos parece bien, siempre su fin es un amargo fracaso.
“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”
Romanos 8:6 RVR1960
“Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.”
Proverbios 14:12 RVR1960
“Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.”
Proverbios 16:3 RVR1960
Pero cuando nos decidamos volver a Dios, su mano misericordiosa nos puede dirigir de la ruina a la restauración en un corto plazo del tiempo.
En Israel se lleva unos cincuenta días aproximadamente desde el inicio hasta la siega de la cebada.
“Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llega”
Rut 1:22 RVR1960
“Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien? ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.”
Rut 3:1-2 RVR1960
“Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.”
Rut 4:13-15 RVR1960
El libro de Rut, nos demuestra el amor entrañable de Dios que como una persona de la maldición en un corto plazo del tiempo se convierte en una persona de la gran bendición.
¡Volvamos a Dios!