Durante su sermón dominical matutino 16 de marzo, 1884 en la Iglesia del Tabernáculo Metropolitano de Newinton, Londres.
Sobre el tema: La Mano Puesta Sobre la Cabeza del Holocausto.
“Yo pongo mis pecados sobre Jesús,
El Cordero de Dios sin mancha;
Él carga con todos ellos y nos libera
De la carga maldita.”
Mediante la fe de que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.