La correcta postura ante la Vida de Fe
“Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.”
1 Samuel 1:17-19 RVR1960
«Elí» fue el penúltimo juez y sacerdote de Israel en el tiempo del periodo de los Jueces.
La Biblia lo presenta ante los lectores sentado en una silla junto a la puerta del Tabernáculo de Dios en Silo. Aunque jamás Dios dio alguna orden de que el sacerdote deba estar sentado en una silla junto a la puerta del tabernáculo sino estar de pie ministrando por el pueblo ante Dios.
Elí estaba muy viejo, pesado y sus dos ojos estuvieron oscurecidos. Además los dos hijos de él, Ofní y Finees quienes eran sacerdotes de Dios, eran muy malos delante de Dios porque menospreciaban las ofrendas de Dios, abusaban de las ofrendas del pueblo ilícitamente y durmieron con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo. Pero Elí no les impedía nada por que amaba más a sus hijos que a Dios. En aquellos días de servicio de Elí escaseaba la palabra de Dios ya que no había visión con frecuencia.
Un día una humilde y noble mujer llamada «Ana», suplicaba por su esterilidad, oraba susurrando con gran angustia delante de Dios. Pero Elí al verla, malinterpretó, creyó que ella estaba ebria y la regañó. Ana le explicó defendiéndose a si misma que no estaba ebria sino estaba orando con un corazón contrito y afligido por su esterilidad. Entonces Elí cambiando sus palabras, la bendijo y pidió a Dios que le concediera un hijo.
Si nosotros estuviéramos en el lugar de ella, ¿cómo reaccionaríamos?, sin alguna duda, supongo que le mal contestaríamos, le haríamos alguna falta de respeto.
¡Pero esta hermosa mujer creyente, fue muy diferente!
A pesar de cómo se veía Elí según nuestros ojos carnales, Ana lo reconoció como siervo de Dios con gran temor de Dios, aceptó y creyó sus palabras.
“Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.”
1 Samuel 1:17-18 RVR1960
Y Dios se acordó de ella, quedó embarazada y dio a luz un hijo, es el profeta Samuel.
Me siento muy avergonzado e indigno delante de esta hermosa mujer de fe.
¡Es sorprendente y maravillosa esta importante enseñanza para nosotros quienes tan fácilmente nos extraviamos de la fe e intolerantemente reaccionamos por instinto!
Esta bendita mujer nos lanza una gran enseñanza y ejemplo de la correcta postura ante la vida de fe que agrada a Dios. Y vivió una vida en la que Dios pudo acordarse de ella.
“Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.”
1 Samuel 2:21 RVR1960