La ley y la gracia
“Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti. Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.”
Deuteronomio 31:24-30 RVR1960
El mismo Moisés quien recibió la ley y la escribió aclara a los israelitas de su tiempo que ellos no pudieron cumplirla. Además predice que tampoco los israelitas de los siglos venideros podrían cumplirla.
¿Entonces no esta clara que la justicia y la salvación no viene de la ley?
¿No dijo Dios?, “y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.” (Génesis 15:6)
Otro día dijo Dios por su profeta Habacuc, “mas el justo por su fe vivirá.” (Habacuc 2:4)
Nadie podrá ser contado justo por Dios por la obra de la ley sino solo por la fe en Jesucristo. Es único camino a la salvación y a la reconciliación con Dios.